El baúl de los libros

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martes, febrero 22, 2005

El cementerio marino - Paul Valéry

Debería haber un gran jurado que decidiera lo que se debe y lo que no se debe traducir.

Yo no sé más que un poco de francés, pero cuando leí unas cuántas estrofas de Le Cimitière Marin me pareció tan melódico que me decidí a leerlo completo, pero, señores, no es lo mismo traducir un significado que un sentimiento, no es lo mismo

Tu n'as que moi pour contenir tes craintes!
Mes repentirs, mes doutes, mes contraintes
Sont le défaut de ton grand diamant! . . .


que

¡Tan sólo yo sustento tus temores!
Mi sumisión, mis dudas, mis apremios
Son el defecto de tu gran diamante...


Si Paul Valéry defendió la poesía por la poesía, más allá de todo significado, entonces no hay por qué traducirlo, no hay necesidad de entender con la razón, sólo hay que disfrutarla como se disfruta una pequeña pieza musical.

6 Comments:

At abril 20, 2005, Anonymous Anónimo said...

dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada dada

 
At abril 20, 2005, Blogger Don Mario said...

¿dada?

 
At abril 20, 2005, Anonymous Anónimo said...

http://anotherlife.netfirms.com//dada.htm

 
At septiembre 06, 2005, Anonymous Anónimo said...

Don Mario, qué gusto ver recomendado a este enorme poeta francés. El cementerio marino y "el mar, el mar siempre recomenzando.." cambiaron desde mi adolescencia la percepción de la poesía.

 
At julio 27, 2008, Anonymous Anónimo said...

"El cementerio marino se consideró durante años como la obra máxima de esa escuela o modo poético que se conoció (singularmente en Francia y España) como poesía pura. El surrealismo —obvio parece decirlo— embestiría contra ella. Tuvo enorme fortuna entre nosotros. Entre sus muchas traducciones españolas destaca la casi coetánea al original de Jorge Guillén, alabada explícitamente por el propio Valèry, que le escribió a Guillén (1929): «¡Me adoro en español!»"

 
At noviembre 24, 2008, Anonymous Anónimo said...

tienen que tener el argumento algo concreto que se pueda utilizar en las actividades escolares .

 

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